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lunes, 9 de septiembre de 2013

¿Para qué quieren el dinero?



Este fin de semana el gobierno federal presentó su iniciativa de reforma hacendaria, con la que busca recaudar 240 mil millones de pesos en 2014, en comparación con los 108 mil 465 millones que recaudó en 2012. El objetivo que se proponen es claro: el gobierno necesita más dinero.

Antes de analizar las ventajas o desventajas de elevar la tasa del ISR a 32% o de establecer IVA a chicles, alimentos para mascotas y joyas (en verdad eso es parte de la propuesta de reforma), habría que preguntarnos por qué la solución del gobierno es tener más ingresos aumentando los impuestos en lugar de mejorar los esquemas existentes de recaudación o, mejor aún, de gasto público.

Si simplemente se trata de tener más dinero, bien les haría recordar que hace 20 años se disminuyó la tasa del ISR y la recaudación no disminuyo, al contrario, se incrementó. Lo que sucede es que actualmente las tasas de impuestos están llenas de excepciones para las grandes empresas. Tan sólo en lo que va de este año las estimaciones oficiales las grandes empresas han dejado de pagar 9 mil 554 millones de pesos por conceptos de excepciones. Pero no sólo hay que criticar su manera miope de querer obtener dinero, sino para qué lo quieren.

El Estado mexicano busca incrementar su gasto hasta llegar al punto deficitario, sin embargo, actualmente su gasto es ineficiente, excesivo y poco o nada se refleja en la realidad mexicana. En una publicación previa en otro blog (disponible aquí) se mostraba cómo el gasto en México, comparado con el de otros países, no reducía la brecha de desigualdad, como sí lo hace de manera sustantiva en otras naciones.

Simplemente aceptar que al darle más dinero al gobierno las cosas van a funcionar mejor estaríamos pecando de extrema ingenuidad. No se trata de tener más simplemente, sino cómo se gasta. Los episodios de corrupción o de partidas millonarias que la ciudadanía no puede conocer porque se manejan de modos discrecionales son ejemplos claros de huecos que el gobierno prefiere no combatir, sino promover.

Que nos endulcen el oído con programas de seguros de vida y demás ayudas asistencialistas no significa que el gobierno va a mejorar su gasto. De nada nos sirven estos programas si vienen aparejados con el crecimiento de los compadres en las oficinas mediante el ensanchamiento de la burocracia o el encubrimiento de la corrupción. No olvidamos cómo la propuesta de una comisión anticorrupción fue abandonada o cómo las reformas en materia de transparencia fueron más que descafeínadas en el Congreso por los intereses que amenazaban.

Debemos demandar al gobierno eficiencia en su gasto y la eliminación de los privilegios que se da a sí mismo y a los grandes empresarios. No podemos tolerar que la formula siempre sea incrementar los impuestos sin ofrecer ningún tipo de modificación en la estructura de gasto, como si merecieran un premio por su excelente gestión. Recordemos que los gobernantes son empleados al servicio de la nación, de nosotros. Bajo este esquema, un trabajador que hace bien su labor, usualmente es recompensado con un aumento salarial; mientras que el que no lo hace puede tener sanciones salariales o incluso ser despedidos. La pregunta clave sería entonces, ¿nuestros gobernantes merecen un aumento?

@leonugo
Escrito hecho para las Juventudes de Izquierda

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