Es lunes 2 de Julio de 2012. Las
elecciones han pasado y, guste o no, los votos ya estarán en las urnas y México
habrá elegido a un presidente mas. Todo el furor desatado en mítines, redes
sociales, marchas y debates habrá terminado y la mayor parte de la población
regresará a sus actividades normales, en donde la política es eso en lo que no
pueden influir ni hacer nada hasta que venga la siguiente elección.
Quede quien quede, en el sistema
político continuará Elba Esther y su enorme poderío; una larga -larguísima-
lista de impresentables que se ganaran otro periodo al amparo del fuero; un
Estado desnudo ante los poderes fácticos; violencia generalizada por parte del
crimen organizado; gobernadores que recuerdan a viejos señores feudales y una
ciudadanía que se cruzará de brazos.
El movimiento #YoSoy132,
del que orgullosamente soy partícipe, ha intentado mover a un sector de la
sociedad para concientizarlo de su capacidad para modificar el statu quo en
áreas específicas. Hemos tenido pequeñas victorias, pero el sector estudiantil
no va a apalancar todas las reformas y cambios que se necesitan en el país. Si
queremos que las cosas de verdad cambien, tenemos que adquirir conciencia que
no somos uno, no somos cien, no somos 132, somos más de 112 millones de
mexicanos. En anteriores publicaciones he mencionado la necesidad de despertar
la chispa asociacionista entre toda la sociedad y es algo que continuaré defendiendo.
#YoSoy132 va a seguir con su lucha por ese término tan mísitco de la
“democratización de los medios”, puede que se transforme en la voz estudiantil
para otros temas que nos afectan, pero nosotros solos no vamos a poder hacer
frente ante toda una estructura política corrompida, anacrónica, oligárquica y
egoísta que mantiene equilibrios de poder perversos en diversos niveles.
Para hacer frente a esta
realidad no es necesario hacer un llamado a sumarse al movimiento estudiantil,
el llamado debe ser para darnos cuenta que todo es modificable con la
movilización asociada. Puede comenzarse desde lo mas pequeño: esos problemas en
nuestras calles, colonias o delegaciones a las que ninguna autoridad presta
atención pueden ser solucionados si los vecinos se reúnen y presentan de manera
organizada sus demandas. Una vez que interioricemos esta capacidad, podremos
movilizarnos a nivel estatal y, finalmente, saber que todos podemos
movilizarnos para demandar esos grandes cambios que la clase política jamás
hará hasta que la presión los desborde. No podemos esperar que nuestro
movimiento estudiantil haga todo, ya que antes todos tenemos que tener esa
pequeña conciencia no estúpida (en términos clásicos) en la que los asuntos
públicos sean de nuestro interés. Debemos recordar esa máxima de Derecho que
menciona que quien puede lo más, puede lo menos. Los ciudadanos podemos lo más,
pero antes tenemos que ser conscientes que también podemos lo menos.
Este 2 de Julio no hay
que regresar a casa en espera de la siguiente elección. Este 2 de Julio hay que
regresar a casa y pensar en todos los problemas que aquejan a nuestro país, a
nuestra región, a nuestro estado, a nuestro barrio y en lo que podemos hacer
todos para solucionarlos. Las soluciones no nos van a caer del cielo, mucho
menos de las legislaturas o los ejecutivos, nosotros tenemos que darlas y, en
su caso, hacerlas.
@leonugo
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